No. Rotundamente, no. Esta vez no vas a hacerme sentir culpable. No vas a torcer las cosas a tu antojo para que queden a tu medida. No, no y otra vez, no. Ya basta. No voy a pedir disculpas por no querer verte. No voy a pedir perdón porque vinieras el día de mi cumpleaños y me lo destrozaras, tal y como lo hiciste. No tenías ningún derecho. Era Mi Día y ahora está marcado de por vida. Tengo derecho a no querer que vuelvas a hacerme una cosa así. Tengo derecho a enfadarme y no voy a disculparme ni voy a sentirme mal por ello. Yo también merezco ser feliz. Dixi.
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